Las traviesas recuperadas de la vía del tren son las vigas de madera ancladas en las vías. Estas traviesas son levantadas de las vías por razones de mantenimiento o reemplazo por traviesas de hormigón. Sin embargo, este material no puede ser destruido, lo que abre la puerta a una segunda vida para estas piezas.
En Traviesas de Tren, nos dedicamos a la reutilización de estas traviesas, dándoles una nueva oportunidad. Son utilizadas en una variedad de aplicaciones, como decoración de jardines, construcción de tutores o vallado.
Cada traviesa tiene su propia historia y carácter, lo que las convierte en elementos únicos para cualquier proyecto.
En Traviesas de Tren, entendemos que cada traviesa es única debido a su origen y las condiciones a las que ha sido expuesta a lo largo del tiempo. El origen de cada partida de traviesas puede influir en el aspecto y características de las piezas. Por ejemplo, las piezas de origen nacional pueden mostrar más efectos del sol, mientras que las piezas de países del este pueden tener un tono más oscuro.
Además, ofrecemos diferentes tipos de madera para adaptarnos a las necesidades de nuestros clientes. Tenemos traviesas de pino, roble y maderas tropicales, cada una con sus propias características y belleza distintiva.
En cuanto a las medidas, aunque la medida estándar es de 260x24x14 cm, en Traviesas de Tren disponemos de una amplia variedad de opciones. Contamos con piezas cortas y también ofrecemos traviesas de hasta 7 metros de largo. Además, tenemos diferentes medidas tanto en largo como en ancho, para que puedas encontrar la opción perfecta para tu proyecto
En Traviesas de Tren, llevamos a cabo un exhaustivo sistema de clasificación una vez que adquirimos las piezas. Queremos asegurarnos de ofrecer la mejor calidad a nuestros clientes, por lo que cada traviesa pasa por un proceso de evaluación y selección.
Nuestro equipo experto examina cuidadosamente cada traviesa, teniendo en cuenta su estado, apariencia y características individuales. Realizamos una clasificación detallada para asegurarnos de que cada pieza se ajuste a los estándares de calidad que nos hemos propuesto.
En Traviesas de Tren, comprendemos que las traviesas recuperadas de la vía del tren son un material de segundo uso con características únicas. Por eso, te recomendamos que te pongas en contacto con nosotros para obtener fotografías y medidas detalladas de nuestro catálogo.
En nuestra primera categoría, seleccionamos las traviesas que se encuentran en el mejor estado posible, aunque pueden presentar algunos signos de desgaste por el paso del tiempo.
Estas piezas tienen un aspecto antiguo en su exterior, pero se mantienen sólidas en su interior, con cabezas de punta en buen estado, sin rajas profundas ni socavones, y lo más rectas posible.
En nuestra segunda categoría, se encuentran las traviesas que están ligeramente por debajo de la primera categoría. Aunque mantienen el aspecto antiguo, se mantienen sólidas y rectas. Sin embargo, pueden presentar rajas superficiales, daños en los laterales y algunas cabezas abiertas (sin ser graves).
Debido a la variedad de partidas y orígenes, es posible encontrar en nuestro catálogo las categorías 2ª alta y 2ª baja, ya que estas piezas no alcanzan la condición de primera categoría ni tampoco caen en la tercera categoría.
En nuestra tercera categoría, se encuentran las traviesas en el peor estado posible, aunque aún pueden ser utilizadas. Estas traviesas mantienen un aspecto antiguo, pero siguen siendo sólidas y rectas.
Sin embargo, presentan cabezas abiertas o muy dañadas, rajas en gran parte de la pieza, socavones y un aspecto deteriorado en el exterior.
Recomendamos utilizar estas traviesas para fines de vallado, enterrando la parte de la cabeza en peor estado y dejando expuesta la parte de la pieza que se encuentra en mejor condición. De esta manera, se aprovecha su resistencia y se minimiza el aspecto estético menos favorable.
La creosota es un protector orgánico natural utilizado en el tratamiento de la madera, especialmente en las traviesas de tren. Sin embargo, su uso está ahora limitado debido a preocupaciones sobre sus efectos para la salud.
La creosota contiene sustancias tóxicas, como el benzopireno, que se ha demostrado que puede ser cancerígeno. Debido a esto, la Unión Europea ha prohibido su uso en el tratamiento de la madera y su venta.
Aunque se permite su uso en el mundo de la venta de segunda mano, en instalaciones ferroviarias, cercados y postes, su uso está prohibido en áreas como terrenos de juego, muebles de jardín, contenedores para cultivos y edificios de interior para proteger la salud y evitar la exposición a sus vapores.
Su uso y comercialización está sujeto a las limitaciones impuestas por el Real decreto 1406/1989 y las modificaciones de la Orden PRE/2666/2002. Relativas a su uso solo en exteriores.